EL PROFESOR

martes, 2 de marzo de 2010


Tuve un profesor, en los años 50, que me enseñaba muy bien, era un poco recto, pero yo le tuve bastante confianza, porque te daba las lecciones del libro con bastante claridad y al mismo tiempo te lo explicaba tan bien que era imposible que no lo entendiéramos.



A veces se pasaba un poco con la religión, pero mi padre me decía que era porque el régimen que había le obligaba, que pasara de eso.


Yo lo que en realidad más me agradaba, era cuando empezaba a hablar de música, porque decía que tocaba muy bien el acordeón, y que estaba en un coro y que cantaba muy bien las zarzuelas a mí eso ya me entraba dentro de mi, de ahí viene que yo le hice un comentario a mi padre y como a el le gustaba tanto la música de seguida me cogió un día, me llevo a la academia de música , me apunto y ya desde ese día estoy metido en la música y la verdad es que es muy bonita, te relaja, te da vida, te da energía para seguir haciendo lo que a ti te gusta.

Eduardo Redondo Cazorla

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