TRANSICIÓN

Mi vida en Barberá

Mi llegada a Barberá resale a los años noventa cuando me casé y vine a vivir en esta hermosa ciudad, por esto mi relato será un poco pobre y hará referencia a los recuerdos de mi marido Florencio, ya que él vino a vivir en los años setenta.
En aquellos años el pueblo estaba en plena expansión, ya que se instalaron varias fábricas y los trabajadores decidieron aprovechar de las nuevas construcciones de bloques que estaban a bajo precio.
La tranquilidad del lugar fue un factor primordial por la rápida expansión, además el hecho que estaba a solo trece kilómetros de la capital, animó a muchos ciudadanos a establecer su residencia.
De hecho, Barberá, es la típica ciudad dividida en tres partes bien definidas, La primera, la parte más vieja, que está en el centro. Mirando hacia Barcelona, se puede apreciar en la izquierda la zona de las fábricas y varios sectores de trabajo. La última, la tercera, es la parte nueva que se ha ido desarrollando en el trascurso de los años setenta y ochenta.
En aquel entonces el ambulatorio no era adecuado por el aumento que había alcanzado la población. Por lo tanto los ciudadanos empezaron a movilizarse y empezaron a cortar la carretera de Barcelona para pedir un nuevo ambulatorio, más apropiado a las necesidades de la población. Finalmente lograron su objetivo y más adelante a ampliarlo. Últimamente podemos contar con dos ambulatorios, aunque no cubre todas las facetas de la medicina, como oftalmología. Etc..
Se podría añadir otra parte, la de las casitas adosadas y también las individuales. Éstas se construyeron entre los bloques de pisos y Badía.
Mi vida en Barberá es tranquila y sosegada, he podido hacer amistades con mucha facilidad. Puedo decidir lo que me apetece hacer, según los días, ya que la ciudad me ofrece un amplio abanico de actividades, piscina, gimnasia, paseos etc…

MARTA FILIPOZZI SPEROTTI