reciclaje

A quien le interese este escrito le contaré que hasta donde la memoria me alcance siempre se recicló los desperdicios que se podían manipular.
No siempre se ha vivido en la opulencia que ahora se conoce, ni se ha desperdiciado tanto como en nuestro actual mundo de opulencia.
Cuando era pequeña, y de eso hace mucho, mucho tiempo, hablo del año 1948, poco después de la segunda guerra mundial, porque es esa que yo viví ya que soy Italiana.
Decía que cuando era pequeña, mi madre estaba obligada a reciclar todo lo que podía, ya que faltaba la materia prima para fabricar cualquier tipo de material, sea de vidrio, que de papel, que de lata. Para faltar, faltaban también las fábricas ya que estaban todas bombardeadas.
Recuerdo como ella recogía todo el papel que caía en sus manos y lo ponía en un cubo lleno de agua y después cuando estaba bien mojado lo prensaba con las manos y lo dejaba secar. Una vez seco, alimentaba el fuego de la estufa para hacer comida y calentarnos.
¡Cuántos recuerdos!! Por ejemplo, yo era pequeña pero ya sabía que no podía desperdiciar los cuadernos de la escuela como se hace hoy en día, porque estos costaban mucho ya que había pocos.
Recuerdo que no existió el papel higiénico hasta el asentamiento de los americanos en mi tierra. Y vosotros os preguntareis como nos limpiábamos, pues con el papel del periódico y agua fría, porque la caliente era destinada para bañarse cuando se podía porque era un bien muy preciado y se tenía que calentar en el fuego y así consumir más carbón y papel prensado.
Bien, podría escribir de muchas más cosas que se hacía para reciclar, pero me parece que me he extendido demasiado. Lo único que os puedo decir es QUE ENTONCES NO SE LLAMABA RECICLAR SE LLAMABA SOBREVIVIR.

MARTA FILIPOZZI